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* El camino recorrido hasta el momento *



29 noviembre, 2005

Inquietud: 9 de 10 razones

Porque no sé qué vendrá en el dia que sigue.
Porque la vida es un sinfín de fracasos concatenados.
Porque es difícil discernir lo correcto.
Porque no encuentro la felicidad que me prometí encontrar.
Porque no sé qué esperar de nada.
Porque nunca nada será mejor.
Porque nadie me conoce.
Porque veo un futuro incierto.
Porque no sé lo que se espera de mí.

Posted by aenea @ 11:44 p. m.

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27 noviembre, 2005

¿Religión?

A los datos me remito:
Gripe aviar con la posible pandemia que representa: 0 manifestantes
Vertidos de benceno en aguas del río Songhua, que abastece a casi 4 millones de personas: 0 manifestantes
Inmigrantes muertos en la famosa valla: 500 manifestantes
Subcontratas de subcontratas en las que se distorsionan responsabilidades: 1.000 manifestantes
Posibilidad de elección de la asignatura de religión: 400.000 manifestantes
Mi indignación alcanza ya niveles suficientes como para empujarme a escribir un post. No creo que sea tan difícil si que debamos darle tantas vueltas. Como atea y persona de ciencia, mi postura está clara. Creo sinceramente que sería inmensamente más positivo impartir clases de ética, moral o civismo en las horas destinadas a religión, pero entiendo que todos tengamos el derecho de decidir, y que podamos elegir lo más acorde a nuestras creencias.
En fin, con una frase queda plasmada mi opinión a este respecto:

"En realidad, entre la religión y la verdadera ciencia no existe parentesco, ni amistad, ni siquiera enemistad: viven en esferas distintas."

Friedrich Nietzsche

Por favor, dejemosnos de tonterias, que en el mundo pasan cosas más importantes. Cada vez tengo una mayor impresión de que la reacción social ante un problema es inversamente proporcional a la importancia de éste.

Posted by aenea @ 1:02 a. m.

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13 noviembre, 2005

Síndrome de cautiverio

Ya el nombre de la enfermedad hace estremecerse. Hoy he conocido a traves de la TV el caso de Charlie, una persona que padece este síndrome desde que sufrió un accidente a la edad de 33 años. En términos técnicos, se trata de una afectación motora a nivel de la protuberancia con la sustancia reticular intacta, que hace que el paciente quede consciente y tetrapléjico.
En definitiva, es una cadena perpetua de incomunicación, con tu propio cuerpo como celda.
Según el testimonio de Charlie, al diagnosticar esta enfermedad, muchas familias se encuentran con la recomendación por parte de los médicos de una "eutanasia pasiva", cosa que encuentro casi peor que el hecho de la enfermedad misma: es una condena al enfermo, que pasa a ser incurable y, por lo tanto, su tratamiento es quizás poco rentable. Charlie nos demuestra la importancia de seguir adelante. Incluso ha publicado un libro (escrito gracias a un programa informático que le permite escribir utilizando únicamente la movilidad de un dedo) "El síndrome de cautiverio en zapatillas", donde presta ayuda a enfermos y familiares, así como ofrece un punto de vista distinto al personal médico y sanitario.
Los interesados en adquirir este libro, lo podéis hacer en la librería El árbol de las letras, llamando al teléfono 983 217 386.

Posted by aenea @ 11:12 p. m.

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09 noviembre, 2005

BlogCurso

Este mes he decidido participar en el BlogCurso propuesto por Siete de Seven, y cómo no, aquí dejo mi BlogRelato. Espero que os agrade, y os invito una vez más a participar.



"Sordo Silencio"


No sé qué me llevó a hacer ese viaje. Una decisión tomada sin reflexión, la esperanza de llenar un vacío en mí, que parecía que sólo podía ser ocupado con algún tipo de acto altruísta... aún no consigo ver el motivo. Pero qué lejos quedó todo aquello al chocar con la realidad.
Paseo sin rumbo por las calles de Pristina, entre el ajetreo de los comerciantes en una mañana de mercado, el ir y venir de mujeres afanosas, en su regateo, por conseguir el mejor precio. Los niños pasan correteando a mi alrededor, jugando ajenos a todo.
Si me detengo y presto atención, puedo intuir el sonido de la vida abriéndose paso por entre los tenderetes del zoco.
Pero el juicio me enseña a desconfiar de mis sentidos. Conozco la otra cara de Pristina. Volverán a rugir las bombas sobre mi cabeza. Una vez más me sorprenderán los truenos al caer la noche, rompiendo la oscuridad, evocando mis peores temores y arrastrándome a una pesadilla que nunca acaba.
Es el sonido del horror, la incertidumbre y la desesperación. Un sonido que apunta indudablemente a la cercanía de la muerte, y que deja tras de sí, durante un instante, un sordo silencio que hiela mi sangre, justo antes de oír las primeras sirenas, y caer en la cuenta de que aún sigo con vida.

Posted by aenea @ 2:09 p. m.

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